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Fragmentos de Comentarios de Darío Fernandez Alvarez (Viene de Abogado Darío Fernández Álvarez)

“Yo he quedado marcado para toda la vida. Sí, sí, marcado para toda la vida. El Crimen de Cuenca es un tema que queda en pañales al producirse este caso, ¿verdad? Aquél no fue un crimen en el sentido de que a nadie se mató. Existió, por error, el crimen judicial. Pero, después del Caso Almería, el de Cuenca no tiene vigencia. La hubiera tenido si no sucede este supuesto y hubiera sido aleccionador.

Creo que Pilar Miró con su película ha prestado un gran servicio a España y a la democracia. Yo estoy totalmente absorbido con este asunto. Algún día, indiscutiblemente, se sabrá la verdad, porque el delito perfecto nunca existe. Las coartadas son siempre temporales; pero la conciencia de las personas, bien de una forma sonámbula o en una manifestación para ajustar tu vida, tiene que estallar. Yo no estoy regateando esfuerzo en lo que es llegar a hacer una adecuación de la verdad histórica, en la medida de mis posibilidades, a lo que vaya a ser en su día la verdad legal (…)

 

Éste es un tema tremendo, que te hace vivirlo intensamente, día y noche. Y para las familias, con las que me siento muy compenetrado, ha sido un juego muy… Cuánto tienen que pasar buscando noticias. La familia de aquí, la más próxima, se desplazó a la Comandancia infinidad de veces. Y siempre les negaron. Y hasta el final les dijeron si es que piensan que les vamos a comer. Bueno, hay unas manifestaciones del padre de Mañas y de gente del pueblo que vino… Porque los chicos habían dormido en su casa, venían invitados a una primera comunión… Demasiados interrogantes. Con las familias de Santander hubo interrogatorios extraños de la Guardia Civil. Oiga, cómo vestían, cómo… Pero, ¿por qué me preguntan? Ah, no se preocupe… Cuando salieron de casa, ¿qué documentación llevaban?… Pues llevaban tal y tal… Pero, ¿por qué me preguntan? Ah, no se preocupen… En un plan, no sé, que quizá en la técnica de la tortura psicológica no se hubiera llegado a unos términos de una inmoralidad semejante. Ésta es la versión de las familias de cómo se desarrolla toda esta peripecia y, desde luego, leyéndola, llegas a la conclusión de que estás en un submundo, donde no hay derecho a descender a las familias a unos niveles de jugar con los sentimientos así porque sí.

¿Por qué ocurre esto en Andalucía?

Es una cosa que me he parado a analizar, aunque no sea materia de mi trabajo. ¿Por qué ocurre aquí? Y hay este silencio y este conformarse y la gente sigue callada. Yo creo que la gente está muy mediatizada y con mucho miedo. Y bueno, peritos que deberían intervenir en las pruebas me han dicho que temen represalias… Yo vivo el miedo ambiental, el de la gente. Y esto, desde luego, en un hábitat geográfico. Si éste no fuera un tema con unas connotaciones… seguramente la gente tendría una soltura mayor para hablar. A mí me sorprende el miedo que hay para hablar de la cuestión. Un miedo que no quiere decir que no haya un posicionamiento clarividente de lo que ha existido. Oiga, pero es que usted sabe ciertas cosas y puede colaborar… Si usted dice que ha ocurrido de esta forma, ¿por qué no viene y lo dice delante del juez? Pero nos enfrentamos con un mundo de posibles represalias.(…) Pero el miedo pesa terriblemente. El miedo y las represalias. La gente es consciente de lo que ha ocurrido y sabe el precio que yo estoy pagando con este tema…

Se me hace cuestión el caso de Javier Verdejo y me pregunto: ¿cómo se cerró? Pienso que tendrá que pasar mucho tiempo para que conozcamos la verdad. Con el tiempo, los guardias hablarán. Sí, sí, sí… Porque, además, para mí, los que están procesados, por ahora, acaso no sean los únicos responsables. Pero yo, para pedir un procesamiento, tengo que moverme en la línea angosta de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Los protagonistas, indiscutiblemente, hablarán, no me cabe la menor duda, como han hablado criminales famosos en la historia (…)

Éste es un proceso histórico de mucho cuidado. Este caso es muy singular porque España, asimilándolo y haciendo la digestión necesaria, a nivel individual, es una lección a aprender. Y estamos obligados a aprenderla, eh. Ésta no es la coplilla del Crimen de Cuenca. Este tema es medular. Y muy nuestro. Y España se está jugando cosas muy esenciales. No es una causa que se ha visto para sentencia. Es que marca un hito en la historia.

Alguien me preguntó si tenía esperanza de que resplandeciera la verdad. Y le contesté:

–No. Ahora mismo no se van a esclarecer las cosas, aunque yo tengo mucha confianza en la imparcialidad y justicia de esta Audiencia. Se esclarecerán después, como se esclarecen los grandes misterios de la historia. Pero, aquí quedará sencillamente un proceso con unos contornos de hechos probados, donde la justicia cierra su actuación.
–Claro– me contestó esta persona.
–Yo pido y si deniegan…
–Pero hay cosas tan evidentes…
–Ya… Digamos que la sentencia de este asunto no la va a dar sólo el Tribunal. La sentencia la va a dar cada cerebro español.
–Yo creo que ya la ha dado.
–En buena medida, sí-– dije yo finalmente–. Pero la digestión no se ha hecho.

 

Visto para sentencia

El “designio divino” es la causa última de las muertes de Cobo, Mañas y Montero, según el abogado defensor de Castillo Quero, Juan José Pérez Gómez, que en la sesión del día 24 se puso enfermo por agotamiento. Dijo también el abogado que la mente humana “a pesar de ser una creación de Dios, es muy limitada” e intentó justificar el error inexplicable de cómo disparando a las ruedas, los impactos se convirtieran en mortales. Hubo tres extrañas circunstancias que podrían explicar, según el anciano letrado, lo que el teniente coronel llama “fenómeno anómalo” o el “extraño giro” que hizo el automóvil para que las balas, dirigidas a las ruedas, llegaran a los cuerpos de las víctimas: el bajón del coche al pasar por una hendidura del arcén, el reventón de una de las ruedas y un volantazo a la izquierda, dado por los detenidos en su intento de fuga. Tras esta explicación, el letrado dijo: “Cada una de esas circunstancias vienen en el arcano de los designios de Dios. No pueden ser imputables al libre albedrío, a un acto de la voluntad, lo que la fatalidad provoca”. Y dirigiéndose al Tribunal sentenció: “No podéis condenar a la fatalidad, porque escapa de vuestras posibilidades”.
En la sesión del día 26, el abogado Pérez Gómez continuó su largo informe, interrumpido el día anterior por agotamiento físico. “La sentencia que vais a dictar –dijo– tiene una enorme trascendencia. Si la sentencia es absolutoria, a los dos días habrá silencio. Si la sentencia es condenatoria se oirá el sonido del martillo de la Guardia Civil”. Pérez Gómez intentó demostrar que en la actuación de su defendido no había “impericia”. Y si no existe impericia, añadió, “no existe autor condenable”. Manifestó que Castillo Quero actuó por “estado evidente de necesidad”. Sobre los eximentes del “estado de necesidad” y sobre “la obediencia debida”, el abogado indicó que en Europa, un procesado como el coronel Castillo Quero, ya estaría absuelto. Finalmente, sobre la posibilidad de ser condenado su defendido y de ser expulsado de la Guardia Civil, el abogado dijo: “Si sus estrellas dejan de brillar en su pecho, habrá sido el último servicio que haya prestado a la Patria”.

El informe del abogado del teniente ayudante, Fulgencio Pérez Dobón, hijo del anterior letrado, fue mucho más breve. Comenzó Fulgencio elogiando el informe de su padre y maestro. Pérez Dobón se dedicó a relacionar los tres momentos en los que su defendido había actuado: la orden de detención en Roquetas, las entradas al despacho del teniente coronel la noche de los sucesos y los disparos en la carretera de Gérgal. Fulgencio planteó las eximentes de la “obediencia debida”, del “caso fortuito” por la agresión que sufrieron los guardias por parte de los detenidos y el “arrepentimiento espontáneo”. Por último, y tras pedir la absolución, Pérez Dobón expresó su convencimiento de que había dos comandos etarras en la zona de la Mancha.

Por último, el letrado Tara Hernández, defensor del guardia Fernández Llamas, informó de manera acalorada, interrumpido varias veces por el presidente del Tribunal. Tara Hernández expuso los mismos eximentes que los otros dos abogados. Acusó este letrado con dureza al abogado Darío Fernández, atacó a la prensa por haber infundido una imagen irreal de Casas Fuertes y de los pescadores que manifestaron haber visto el Ford Fiesta dijo que “mienten descaradamente”.

Como quiera que una de las balas, alojada en el cuerpo de Juan Mañas, la víctima de Pechina, era atribuida a la pistola del guardia Fernández Llamas, su abogado dijo que esa bala lo había alcanzado de rebote, que primero había dado en la carretera y luego se había alojado en el cuerpo del joven.

En la sesión del día 27, el juicio quedó visto para sentencia. El juicio por los sucesos del “caso Almería” ha sido uno de los más largos de la historia, con 32 jornadas hábiles (en mes y medio de duración) y 135 horas de vista. Sólo el interrogatorio del teniente coronel Castillo Quero por el abogado de la acusación duró 21 horas.

En esta última sesión, el abogado Tara Hernández finalizó su informe. “65.000 compañeros de los procesados –dijo este letrado– esperan con ansiedad vuestra sentencia, convencidos de que en su comportamiento los procesados actuaron lealmente como guardias civiles y esperan que así lo reconozcáis”.

Antes de declarar el visto para sentencia, el presidente del Tribunal, José Rodríguez Jiménez, preguntó a los dos procesados:
–¿Tienen algo que manifestar?
–No- dijo el teniente coronel.
–Lo siento muchísimo- contestó el teniente ayudante.
–No- dijo también el guardia Fernández Llamas.

La Sala de la Audiencia Provincial de Almería, que ha juzgado los hechos, estaba compuesta por José Rodríguez Jiménez, como presidente, Carlos Arboleda Tejera, Emilio Navarro Esteban, Luis García Valdecasas y Fernando Tapia López. El juicio comenzó el día 14 de junio y terminó casi un mes y medio después, el 27 de julio. Ésta es la primera vez que la jurisdicción ordinaria ha procesado y juzgado a tres miembros de la Guardia Civil por hechos acaecidos en el ejercicio de sus funciones. Este procedimiento por la jurisdicción ordinaria lo ha sido en virtud de lo dispuesto por la Ley de Policía de diciembre de 1978, que atribuye a los tribunales civiles el conocimiento de aquellos delitos que cometen los miembros del Cuerpo Superior de Policía, la Policía Nacional y la Guardia Civil en el ejercicio de sus funciones. Si la sentencia es condenatoria y superior a los tres años de prisión

[como así sucedió], los tres guardias serán automáticamente expulsados del Cuerpo y habrán de cumplir condena en una prisión ordinaria.
 

“Me jugué la vida, fue todo una mentira bufa orquestada por la Guardia Civil”

 

DARÍO FERNÁNDEZ ABOGADO DE LA ACUSACIÓN PARTICULAR ‘CASO ALMERÍA’

¿Este caso le marcó de por vida?

-Hay que sobreponerse a ese trauma, estaba todo dirigido a la impunidad. El poder de la Guardia Civil, el circuito de jueces, fiscales… todo apuntaba a que fuese al archivo. Fue una lucha verdaderamente titánica. Hasta el punto que yo tuve que comprar una casa-cueva porque me pusieron explosivos en el coche, en casa y en la comunidad donde yo vivía, y ahí estuve recluido más de un año. Son impactos tremendos.

Los hechos en sí eran terribles.

-Fue todo absolutamente consciente. Se les somete a torturas, que luego con las mutilaciones que tuvieron, con el incendio… Estuvieron trabajando a favor de la impunidad, hicieron como siete informes de autopsias distintas para hacerlos coincidir con la versión oficial. Me jugué la vida bien jugada. Fui enlazando cosas sin ninguna colaboración policial ni testifical, porque estaban amedrentados todos.

¿No tuvo ninguna colaboración?

-Ninguna. Yo cuando entré de noche en Casas Fuertes, que me costó lo mío, con una linterna trepando por la pared, ya descubrí que en una habitación se habían cambiado cosas. Allí los llevaron y aparecieron restos que para mí eran de sangre y cuando pido la reconstrucción de los hechos, que se me dio mucho tiempo después, aquello se había tapado con pintura, que además era descaradamente reciente.

¿Y después?

-Tampoco, porque la Policía y el gobernador civil, que sí tenían información, podían haber colaborado. La Policía supo que se les había ido la mano, dos de los jóvenes estarían seguramente muertos, pero en la autopsia no se revelaba si habían tenido respiración…

¿Qué se pudo probar?

-Yo no he podido probar las torturas ni de qué grado serían porque la forma en que aparecen los cadáveres, con el incendio… los cuerpos estaban reducidos a irreconocibles prácticamente. Lo que hubiera con detalle queda para la historia. La mayoría de los implicados están vivos, pero el pacto de silencio…

Fue homicidio con atenuante por cumplimiento del deber…

-Ya estaba la Constitución y lo del cumplimiento del deber hería la sensibilidad jurídica. La reacción de un subalterno ante una orden injusta es desobedecerla. Fue un pastiche. En la vista oral hubo careos entre el teniente coronel y el resto de testigos. Con esas migajas pude construir la urdimbre de la mentira bufa orquestada desde la Comandancia y la Dirección General.

¿Se ha hecho justicia?

-No, no. En absoluto. Ahora ya es la analítica de la historia, porque este tema está cerrado. Son hechos de 1981, han prescrito. Todos los que declararon fueron ascendidos enseguida. Todos. O sea, que prestaron un servicio. Utilizaron a los más espabilados, a los más capacitados, como testigos. Es una chapuza judicial, ni siquiera se hizo la reconstrucción de los hechos. ¿En qué cabeza cabe? La causa, en la concepción ante la historia, está exnovo, está virginal todavía.

¿Se conocerá la verdad?

-Cuando se desclasifiquen papeles de ministerios, creo que sí. Soy optimista, dentro del armazón superhermético de todo esto. Es que tuve que jugar solo con las pruebas de ellos, buscar careos y matices. Era una burda chapucería, en la seguridad de que esto iría al archivo o a la absolución y si no, iría a un indulto.

¿Tiene esperanza?

-Un día no sabes… esa esperanza estoy obligado a tenerla porque me jugué la vida, y de qué manera. Es el acto judicial de amor que he hecho en mi carrera. La fuerza de esto fue de la tumba de ellos salir yo como mensajero para hacer mi trabajo.

 

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Fuente: http://www.profesionalespcm.org/_php/MuestraArticulo2.php?id=18883

http://www.profesionalespcm.org/_php/MuestraArticulo2.php?id=18883SANTARÉN- Domingo, 10 de Mayo de 2015